Continuamos hablando de los cuidados del jardín.
Antes de plantar.- Lo primero que hay que hacer antes de plantar el césped es preparar correctamente la zona en la que se vaya a hacer, con el fin de que el suelo se encuentre en óptimas condiciones. Así, si el césped se va a sembrar por primera vez en esa superficie, conviene que se encuentre a cielo abierto o, de lo contrario, no tener más de medio día de sombra en verano, porque no crecerá con la fuerza necesaria.
Cuando la capa del suelo contenga excesiva arena o yeso, se debe enriquecer aplicando una capa de entre tres y cinco centímetros de turba o musgo. Si el suelo es suficientemente rico, esto no es necesario, pero tampoco está de más, ya que la aplicación de fertilizantes siempre es positiva para el césped. El siguiente paso a realizar es comprobar la nivelación del terreno, así como el drenaje, para posteriormente rastrillar la tierra hasta una profundidad de unos quince centímetros, procurando eliminar todos los terrones. Esta preparación del terreno se puede efectuar durante todo el año, menos cuando el suelo se encuentre mojado o embarrado.
Plantación.- Una vez que se hayan realizado los pasos de preparación del terreno es conveniente proceder a la siembra, que se puede llevar a cabo, igualmente, en cualquier época del año, excepto en invierno. No obstante, se indica el otoño como mejor momento, ya que las lluvias de esta temporada favorecerán el desarrollo de la hierba. En cuanto a las semillas, cabe destacar que son muy pequeñas, por lo que no conviene sembrar cuando haga viento y asegurarse de que el suelo se encuentre levemente húmedo.
Las semillas se deben administrar generosamente para que el césped sea capaz de cubrir todo el suelo, pero el exceso de semillas puede provocar que los plantones se pudran. Así, en suelos bastante fértiles se debe aplicar treinta gramos por metro cuadrado, mientras que en suelos más pobres hay que aumentar esta cifra hasta sesenta gramos El mejor método para sembrar consiste en colocar cuerdas tensadas a una distancia de un metro entre ellas. Posteriormente, se preparan pequeños montones de treinta gramos con las semillas y se marca en el suelo la superficie que corresponde a un metro cuadrado. Finalmente, hay que distribuir las semillas de forma regular. Una vez sembrado, conviene rastrillar el suelo para ayudar a las semillas a penetrar en la tierra.
jueves, 4 de septiembre de 2008
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